La gimnasia pasiva es una técnica de medicina estética que utiliza la electroestimulación para fortalecer y tonificar el cuerpo. Funciona generando impulsos eléctricos, a través de electrodos conductivos, que actúan directamente sobre la musculatura. Estos impulsos imitan las señales enviadas por el cerebro para mover los músculos, provocando contracciones que fortalecen el tejido y eliminan líquidos retenidos.
Cada sesión de estimulación tiene una duración de 30 a 45 minutos y se aplica en diferentes zonas del cuerpo, como los glúteos, caderas, estómago, piernas y brazos. Durante este tiempo, cada área recibe las contracciones necesarias para lograr la tonificación y reafirmación muscular. El tratamiento actúa de manera completa sobre el tejido estimulado, fortaleciendo los músculos y mejorando su apariencia.
La gimnasia pasiva se enfoca en estas zonas porque son las que más necesitan fortalecer el músculo, definir el tono y aumentar la elasticidad de la piel. Además, son las áreas con mayor tendencia a la flacidez y las más trabajadas en procesos de adelgazamiento.
Este tratamiento también contribuye a eliminar la celulitis, mejorar el drenaje linfático y potenciar la elasticidad tanto facial como corporal.